Este texto plantea una reflexión sobre la temática de la sostenibilidad urbana fundada en la idea de que los espacios urbanos de mayor densidad poblacional pueden ser más sustentables que los suburbios. En este sentido, se presenta una experiencia de rehabilitación residencial, de reutilización de una construcción preexistente, como operación tendiente a construir ciudades más sostenibles y más eficientes en términos ambientales.

La sostenibilidad es un concepto reciente que se hizo necesario configurar para afrontar las graves dificultades causadas por la escasez de recursos y por la contaminación, además del creciente problema de un cambio climático irreversible (Montaner, 2015).

Hoy resulta indispensable una arquitectura de la vivienda en la que el objetivo de la sostenibilidad no sea un añadido, sino una manera de pensar el proyecto. Debemos recuperar tradiciones vernáculas y modernas que ya han aportado soluciones comprobadas. Y, sobre todo, comprender la relación primordial de la arquitectura con el tejido urbano y paisaje.

Muchos ven a las ciudades densamente pobladas como lugares en donde hay inseguridad, contaminación, enfermedades, y en general las perciben contrarias al desarrollo amigable con el medio ambiente. Pero lo cierto es que los espacios urbanos de gran densidad poblacional pueden ser más sustentables que los suburbios o áreas rurales cuyos hogares están separados por grandes distancias.

Las ciudades con espacios de usos mixtos tienen los recursos más cercanos entre sí: hogar, trabajo, escuela, espacio público, salud, comercio, etc. Esto las hace más eficientes gracias a que tienen menores costos de transporte, además de equipamientos y servicios públicos que permiten ahorrar muchos recursos. Las personas encuentran cerca de su vivienda todo lo que necesitan e incluso trabajo, por lo que no tienen que invertir parte del tiempo del día desplazándose en transporte público o de forma particular. Asimismo, se hace más viable que las personas caminen, usen bicicleta o medios de movilidad similares.

El desarrollo de viviendas «sostenibles» en las afueras de los ejidos urbanos genera mayor impacto ambiental por varios aspectos: reemplazo de hábitat, mayor necesidad de espacio, necesidad de servicios y de medios de transporte. El desafío es entonces realizar construcciones sostenibles en los centros urbanos «entre medianeras». En este marco de la sostenibilidad urbana y, a la manera de los Ready–mades de Marcel Duchamp,[1] la rehabilitación residencial, la reutilización del patrimonio construido existente en los centros urbanos, se ha convertido en una cuestión prioritaria para construir un mundo más sostenible y unas ciudades más vivibles.

A partir de la aplicación de algunas de las categorías básicas propuestas por Josep María Montaner, Zaida Muxí y David H. Falagán (2011), analizaremos un caso de rehabilitación residencial en la ciudad de Santa Fe, Argentina. Una experiencia en la que se integraron numerosas estrategias para lograr una vivienda que genere servicios a los habitantes, a la ciudad y al ambiente, convirtiendo el viejo paradigma de casa pasiva en «casa activa».[2]

El concepto Ciudad se refiere fundamentalmente a la capacidad del proyecto de la vivienda para incidir favorablemente en la estructura urbana en la que se inserta. Es imprescindible contemplar aspectos como la localización, la rehabilitación de lo existente, el fomento del transporte sostenible, la relación con el barrio y la proximidad a una red de equipamientos de escala variada/espacio público. (Montaner, Muxí, Falagán, 2011)

Uno de los aspectos a considerar es la localización urbana. La vivienda se emplaza en el centro del ejido urbano, en el casco histórico de la ciudad de Santa Fe. No reemplaza el hábitat, sino que renueva una vivienda existente en un proceso de rehabilitación urbana. Se desarrolla dentro de una propiedad horizontal (PH) y comparte espacios con otra vivienda y local comercial.

En cuanto a los valores de proximidad, su localización permite realizar el máximo de actividades cotidianas en distancias recorribles a pie o en bicicleta. Algunos recorridos imprescindibles son: hacia el transporte público, las compras cotidianas, la escuela, el trabajo, centro médico, por ocio y deporte y los equipamientos de barrio.

En relación con el espacio público, la vivienda tiene acceso directo a la calle y se encuentra a muy poca distancia de importantes espacios públicos que posee el barrio: plazoletas, parques, plazas y equipamientos. Asimismo, dispone de espacios intermedios (garaje y galería) cuyos usos se van configurando cada día en función de las actividades, el clima y la luz natural.

La adaptación de la vivienda a la diversidad de modelos familiares y a la evolución de cada uno de ellos, la necesidad de construir un entorno doméstico carente de jerarquías, y la dotación adecuada en el hogar de los espacios que facultan tanto labores productivas como reproductivas, constituyen los ejes de reflexión agrupados en torno al concepto Sociedad. (Montaner, Muxí, Falagán, 2011)

La solución para afrontar la diversidad necesaria de esta vivienda radicó en el desarrollo de mecanismos de flexibilidad. Uno de ellos es la des–jerarquización en la cual la vivienda hace visibles las tareas domésticas dándoles el espacio necesario y entendiendo que estas zonas deben permitir el uso compartido. La integración de la cocina y el comedor separado del living da la posibilidad de tener dos espacios comunitarios para el grupo. Y el baño sectorizado (no exclusivo para ningún dormitorio) permite ahorrar espacio y favorecer la máxima posibilidad de usos simultáneos.

Plantas de la intervención: preexistencia, planta baja, planta alta y planta altillo. Fuente: elaboración propia.

En relación con los espacios de trabajo, los nuevos medios técnicos y las nuevas estructuras laborales han producido que la casa se vuelva a considerar como un posible lugar de trabajo remunerado, estudio u oficina. La vivienda propone un espacio en el altillo con las condiciones necesarias para desarrollar este tipo de actividades. Por otra parte, en cuanto a los espacios de almacenamiento, se piensa áreas de guardado suficientes, considerando las características de los elementos a almacenar para ofrecer soluciones diferenciadas.

La capacidad de los sistemas constructivos, del soporte estructural o de las infraestructuras de los edificios para favorecer la flexibilidad residencial o la transversalidad de la arquitectura, son cuestiones tratadas en el marco del concepto Tecnología. (Montaner, Muxí, Falagán, 2011).

La vivienda se realizó con un sistema estructural independiente de H°A°, cerramiento de doble muro aislado y techos con triple aislación que aseguran menor consumo de calefacción y refrigeración. Las áreas húmedas (cocina, lavadero y baños) están optimizadas, es decir, se encuentren agrupadas y sistematizadas. La adaptabilidad /perfectibilidad son otras condiciones de la tecnología. Las instalaciones de la vivienda son fácilmente accesibles y registrables, ya que pueden ser reparadas y actualizadas desde espacios comunes. En cuanto a los aspectos tecnológicos, para la mejora ambiental y la calidad de la vivienda fue fundamental la elección de los materiales: ladrillo, metal y chapa que forman parte de círculos cerrados que permiten su reutilización y reciclaje.

El concepto Recursos repasa todas aquellas reflexiones que la vivienda contemporánea debe plantearse alrededor de la eficiencia energética de nuestros hogares y de la eficacia de todos los dispositivos arquitectónicos de que disponemos para acercarnos al comportamiento sostenible de la edificación. (Montaner, Muxí, Falagán, 2011)

En relación con el aprovechamiento pasivo, la vivienda se proyectó para amortiguar el calor del verano y el frío del invierno de manera pasiva. Se consideró la conveniencia de las mejores orientaciones (norte/este), la ventilación cruzada de los ambientes, el ingreso de luz natural y el asoleamiento de los espacios. Se hizo especial hincapié en la adecuada aislación de fachadas y cubiertas más la presencia de aleros, galería y patio de luz como reguladores térmicos.

Por otra parte, para un aprovechamiento activo de los recursos, la vivienda cuenta con un sistema que recolecta agua de lluvia y la utiliza en un doble sistema para uso en inodoros y riego, lo que descomprime el sistema pluvial y reduce el consumo de agua potable. Posee además un sistema de geotermia de baja entalpía para la climatización, que disminuye drásticamente las necesidades de calefacción y refrigeración adicionales. El agua caliente de la vivienda es provista por un sistema de termotanque solar.

En cuanto a la eficiencia energética, la casa logra el ahorro de agua, la eficiencia térmica y el ahorro de electricidad. Posee un sistema de suministro propio de energía solar que permite generar excedentes para contribuir al sistema integrado de energía y conexión para auto eléctrico. Posee un sistema de calefacción por zócalos radiantes ubicados estratégicamente debajo de las ventanas para lograr reducir el consumo y aumentar el confort térmico.

El proceso de construcción se pensó con criterios de sostenibilidad y gestión de residuos y reciclaje. Los materiales se compraron en proveedores locales y de industria nacional, y se seleccionaron productos durables con altos estándares de calidad que aseguran su durabilidad y bajo reemplazo. El 50 % de los productos de madera y chapa fueron recuperados de la edificación anterior y el 100 % de las aberturas fueron rescatadas de la misma o de otras demoliciones. Durante la obra se evitó al máximo la generación de residuos, y el 80 % del material de desecho de la construcción fue reutilizado para relleno sanitario.

En este apartado de la precepción se han concentrado todas aquellas valoraciones que pueden remitir a la fenomenología, a la capacidad de expresión y a la espacialidad. Se trata de la escala interior, con ítems vinculados con la percepción estética desde el punto de vista del usuario. (Montaner, Muxí, Falagán, 2011)

Esta propuesta tiene la impronta de las construcciones industriales. Exteriores con ladrillos vistos, ventanas de vidrios repartidos, columnas de hierro y revestimientos en chapas que rememoran los edificios ferroviarios, muy presentes en la cultura de la ciudad. Se buscó generar calidad espacial, profundidad visual, fluidez e intimidad.

Todos los ambientes nuevos de la vivienda disponen de iluminación natural, imprescindible para la calidad de vida y el ahorro de energía. Asimismo, se incorporó una entrada de luz cenital sobre la escalera para suplantar la ausencia de aberturas hacia la medianera. En relación con las alturas, la vivienda posee una distancia entre niveles mayor que la convencional e introduce espacios a doble altura, junto al altillo como área de trabajo/estudio.

La personalización es otro punto muy importante en este apartado; es la posibilidad de que el usuario termine de definir los espacios de su hogar. Esta vivienda se aleja de propuestas ostentosas y fue desarrollada con presupuestos para la clase media. Tiene en su concepción una fuerte influencia de la naturaleza propia de las inquietudes de sus propietarios. Muchos aspectos aprendidos de los estudios de la biología, la botánica y los ecosistemas fueron integrados para el desarrollo de este proyecto.

La rehabilitación de viviendas y de barrios se ha convertido en una cuestión prioritaria para construir un mundo más sostenible y unas ciudades más vivibles. Está vinculada a la regeneración de los tejidos residenciales, la implementación de las ciudades construidas y el reconocimiento de las redes sociales como parte de las mismas. (Montaner, Muxí, Falagán, 2011)

En relación con el tipo de intervención, este caso es una operación de rehabilitación de una unidad de PH urbano, que requirió la demolición de parte de la preexistencia (sin compromiso patrimonial) y la construcción de una nueva estructura independiente junto con el refuerzo del área de superficie preservada. Se realizó una recuperación tipológica, que frente a la situación de la parcela entre medianeras y la presencia de una vivienda y local comercial en PH, logra aumentar la superficie libre en planta baja (asegurando iluminación y ventilación a los espacios) y se densifica en altura. Utiliza la pendiente de la cubierta (recolectora de agua) para la ubicación de un espacio de trabajo en segundo nivel.

En cuanto a la adecuación medioambiental, la rehabilitación mejora el aislamiento térmico de fachadas y cubierta, se aportan dispositivos de ahorro de energía, se potencia el reciclaje de materiales y residuos y se reutilizan elementos constructivos. La propuesta realiza una adecuación de los nuevos espacios a la normativa vigente: retiros de medianeras, medida de locales, alturas reglamentarias, superficie construida, superficie impermeable, etcétera.

Sin dudas, las operaciones de rehabilitación exigen un cambio de mentalidad en el que prime el aprovechamiento de la arquitectura existente por sobre la obra nueva. Esto implica un esfuerzo de proyecto, caso por caso, de mayor adecuación y versatilidad tecnológica que permita la utilización del capital fijo de la ciudad, ahorro y eficacia derivados de la infraestructura ya disponible. En este sentido, la rehabilitación de la ciudad ya construida significa una recuperación que trasciende lo edilicio modificando la escena urbana, y se orienta a la salvaguarda de valores históricos–culturales, económicos, sociales y ambientales (Wainstein Krasuk, Gerscovich, 2009).

Recorrido audiovisual por la intervención de rehabilitación residencial. Fuente: binco_acd

Poner en primer plano el objetivo de la sostenibilidad y el ambiente, reconocer la trascendencia de la rehabilitación urbana, sostener la densidad como alternativa a la dispersión y reafirmar la participación de los habitantes en los procesos de proyecto, no son conceptos novedosos, solo tenemos que mirar con atención las marcas indelebles que en definitiva tuvo, tiene y tendrá la buena arquitectura.

Se agradece a los propietarios del inmueble rehabilitado María Fernanda Culazzo y Gonzalo Berhongaray

Referencias bibliográficas

Druot, Frédéric, Anne Lacaton y Philippe Vassal (2007). Plus. La vivienda colectiva, territorio de excepción. Gustavo Gilli.

Montaner, Josep María, y Zaida Muxí Martínez (2006). Habitar el presente. Vivienda en España: sociedad, ciudad, tecnología y recursos. Ministerio de Vivienda.

Montaner, Josep María (2015). La arquitectura de la vivienda contemporánea. Reverté.

Montaner, Josep María, Zaida Muxí y David H. Falagán (2011). Herramientas para habitar el presente. La vivienda del siglo XXI. Ciudad, Sociedad, Tecnología, Recursos, Percepción y Rehabilitación.

Prieto, Eduardo (2019). Historia medioambiental de la arquitectura. Ediciones Cátedra.

Wainstein Krasuk, Olga y Alicia Gerscovich (2005). Planificar para la rehabilitación de conjuntos habitacionales: dos casos piloto en el área metropolitana de Bueno Aires. INVI 20, N° 53:77–108. https://doi.org/10.5354/0718–8358.2005.62179

Notas 

[1] Ready–mades: concepto creado a partir de la obra Rueda (1913) del artista francés Marcel Duchamp (1887–1968), para designar aquellos trabajos creados con objetos previamente fabricados o encontrados.

[2] El concepto y definición de casa activa, está basado en la idea de que los edificios pueden generar más energía de la que consumen. Se consiguen, por tanto, construcciones más confortables, capaces de adaptarse al clima y respetuosas con el medio ambiente.

María Victoria Alconchel

Magíster en Arquitectura, mención en Proyecto, FADU, UNL. Docente de Taller de Proyecto Arquitectónico (Arquitectura, FADU, UNL).