En este número de polis la FADU y el comité editorial quieren exponer y poner en debate las particulares circunstancias por las que atraviesa nuestra comunidad académica a raíz del inesperado y obligado aislamiento.
En poco tiempo la FADU en su conjunto realizó el enorme esfuerzo de comenzar el dictado de clases en forma virtual, con todos los desafíos impuestos por el confinamiento: la necesidad de adquirir nuevas habilidades, imaginarse nuevos modelos de enseñanza e intercambio, la comunicación –a veces distante y a veces extrañamente cercana- dada por las plataformas de videollamadas, la superposición y las mutuas intromisiones de la vida cotidiana y vida académica, etc.
Queremos preguntarle a nuestra comunidad, interpelándonos como profesionales, no docentes, estudiantes sobre las vicisitudes de esta experiencia en sus diferentes dimensiones, reflexionando sobre un proceso en marcha o sobre las posibilidades y desafíos futuros: ¿Cómo enseñar en confinamiento? ¿Qué experiencias les parecen relevantes? ¿Qué anécdotas revelan el desafío, la curiosidad, la angustia o la novedad de esta situación? ¿Cómo es el habitar en estas circunstancias? ¿Cuáles han sido las transformaciones de nuestra vida cotidiana? ¿Cómo nuestras disciplinas nos han ayudado a innovar?
Seguramente hay muchas más preguntas para la multiplicidad de experiencias que individual o colectivamente estamos viviendo.
Presentamos aquí algunas respuestas: seguramente provisorias, atravesadas sin duda por la curiosidad, la sorpresa, la conciencia de la oportunidad y también del privilegio de esta puesta en acto de diversas maneras de (re)pensar nuestra comunidad.
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