Al inicio de la gestión, en 2018, se elevó a Universidad, en el marco de los programas PyA (Proyecto y Acción) el denominado «ACTUALIZACIÓN CURRICULAR DE FADU», entendiendo que en razón del tiempo transcurrido, las experiencias acumuladas y las acreditaciones superadas, resultaba necesario reflexionar y revisar los diseños curriculares a la luz de las transformaciones socioproductivas, con la finalidad de lograr mayores y mejores articulaciones entre la academia y el medio al que sirve.
La enunciación del PyA presentado esconde en realidad una compleja trama de evaluaciones, revisiones, cuantificación, trabajo estadístico y valoración de la labor llevada adelante por las comunidad FADU en algo más de 20 años. Arco temporal en el que se han producido radicales transformaciones que impactaron en todas las dimensiones de la práctica social, desde el modo de relacionarnos en el ámbito de lo cotidiano, las herramientas de uso en las disciplinas, los modos de aprender, de relacionarnos con el conocimiento como las lógicas del hacer disciplinar; instalando además nuevos paradigmas surgidos de las propias urgencias que han emergido en estas dos décadas.
Así, este proyecto debía involucrar todas las carreras del ámbito FADU y operar sobre tres ejes, necesarios para concretar y sostener las transformaciones:
1° El plan para la revisión y actualización de los diseños curriculares, poniéndolos en condiciones de responder proactivamente a estos escenarios;
2° La instrumentación de instituciones para el seguimiento y la reflexión permanente de los procesos involucrados, permitiendo así el sostenimiento en el tiempo de los diseños propuestos;
3° la creación de ámbitos apropiados para poner en acción modos más pertinentes para la exploración de las dimensiones del hacer y el saber, sus transiciones e interactuaciones frente a los nuevos procesos del aprendizaje hoy en día.
1° Proceso de actualización
Ni bien iniciada la gestión en 2018, se procuró dar forma al plan que definiera el campo y los alcances de una transformación curricular necesaria a la luz de las condiciones descriptas.
El PyA, presentado dentro del marco de las líneas estratégicas enunciadas en el Plan de Desarrollo Institucional (PDI) elaborado por la Universidad, establece criterios, métodos y estrategias para construir el camino que nos permita arribar a la meta pretendida.
Se inició relevando —estadística, cuali y cuantitativamente— la situación en la que los diseños curriculares de la FADU se encontraban; el grado de correspondencia entre el currículo diseñado, el realmente ejecutado, el efectivamente aprendido, para —en relación con los objetivos trazados a partir de las evaluaciones institucionales, las líneas estratégicas del PDI y los resultados de las dos acreditaciones de la carrera de Arquitectura—, reconocer las fortalezas y debilidades, componer el escenario y determinar las brechas que se debían salvar.
Elaborado y con los resultados de los primeros relevamientos y evaluaciones, a inicios de 2018, se presentó a la comunidad académica proponiendo acciones para construir el camino hacia la actualización curricular en las tres carreras presenciales, a partir de la promoción de ámbitos de participación, intercambio y discusión.
El informe presentado fue ratificado y ampliado a través de una encuesta realizada en 2019 a las cátedras que aportaron a su vez, su propia mirada proponiendo la necesidad de una revisión de objetivos, contenidos, enfoques y cargas horarias; actualización de criterios para la creación de asignaturas optativas y electivas, revisión del sistemas de equivalencia y correlatividades. La necesidad de actualizar el perfil de los estudiantes y de los graduados, la incorporación de los nuevos campos del conocimiento, así como la importancia de actualizar las estrategias de enseñanza y aprendizaje, por mencionar las más significativas.
Este proceso fue acompañado por la asesoría académica de las doctoras Alicia Camilloni, Adriana Caillon e Isabel Molinas, a través de conferencias, jornadas y seminarios de trabajo implementados durante 2018 y 2019 que aportaron a la evaluación inicial del estado de situación, la lectura e interpretación de las encuestas y estadísticas, al análisis de los planes de estudio y estructura curricular de cada carrera.
Se profundizó respecto de enfoques en torno al currículo universitario y estado de situación de los diseños curriculares en las disciplinas del diseño en la actualidad, analizando modelos de carreras a nivel nacional e internacional para facilitar el abordaje de análisis comparados.
En diciembre de 2019 se realizó el taller participativo «Actualización Curricular. Una instancia para la construcción colectiva», coordinado por la doctora Marta Paillet. En dicho encuentro se trabajó a través de diálogos estructurados sobre los principales ejes de interés relevados. Oportunidad en la que se convocó a todos los sectores de la comunidad académica (docentes, estudiantes, no docentes y equipo de gestión y graduados), bajo las consignas: ¿qué debemos seguir haciendo? Y, ¿qué debemos dejar de hacer? Este encuentro permitió disponer en diálogo a representantes de todos los actores, cruzando sus miradas y prioridades, de lo que derivó un núcleo de coincidencias significativas que aportaron a la confirmación de las direcciones propuestas.
El 2020 y 2021 impusieron una dinámica dominada por la contingencia, sin embargo, se avanzó en instrumentar cambios compartidos como la integración vertical de asignaturas con líneas de contenido específico de desarrollo creciente, propendiendo a una mejor coordinación y articulación de contenidos, objetivos y competencias adquiridas.
El 2022 se presenta así como un desafío en el que la tarea deberá concentrarse en la toma de decisiones respecto de la forma que los diseños curriculares deberán adquirir a la luz de lo recorrido. El compromiso tomó la forma de un calendario de acciones presentado ante el Consejo Directivo, pautando la participación de todos los estamentos de la comunidad FADU, estudiantes, docentes y graduados en las mesas de acuerdo, con el horizonte puesto en la implementación progresiva de los currículos actualizados a partir de 2023.
2° Creación de las coordinaciones
Muy tempranamente en FADU se consideró de vital importancia la creación de instituciones para el acompañamiento, evaluación permanente y coordinación de las articulaciones en áreas y ciclos. El propio diseño del plan en la estructura de doble trama reclama fortalecer las instancias de integración transversal de conocimientos y la articulación horizontal y vertical entre las áreas y ciclos y niveles.
Inicialmente se procedió a crear las coordinaciones de áreas y ciclos en la carrera de Arquitectura y Urbanismo, las que en la discusión de la transformación curricular de la carrera en el año 2000, resultó una herramienta particularmente eficaz para estructurar el proceso en un ámbito de participación de todos los actores involucrados.
Si bien esta institución se constituyó en una fortaleza en las instancias de acreditación que FADU enfrentó, su acción resultaba limitada para hacer frente al proceso que se pretendía iniciar, que exigía replicarla en todas las carreras con el propósito, además, de mejorar el seguimiento e integración de la gestión de la enseñanza de todas ellas.
La primera medida implementada en el marco del plan de actualización que se iniciaba —con el doble propósito de incorporar este instrumento en las tres carreras presenciales, a la vez que proveer de una herramienta necesaria para llevar adelante el proceso de actualización— fue la creación de las coordinaciones de carrera, de áreas y de ciclos en todas ellas, adecuando su estructura y mecanismos de constitución a las nuevas condiciones, con formas de participación y representación más apropiadas.
Implicó una tarea de aprendizaje para todos los actores involucrados que decantó en mayor y mejor involucramiento plasmado en acciones como el inicio de discusiones de propuestas de estrategias colaborativas en las articulaciones en los niveles, reflexión sobre los contenidos y objetivos en las áreas, la coordinación de planificaciones en los niveles materializada en la elaboración de un calendario único de carreras para entregas y evaluaciones, hoy público y compartido con la comunidad toda.
Hoy, incorporadas a la dinámica cotidiana del proceso de enseñanza, se reconocen como un recurso estratégico y vital para llevar adelante el plan de actualización en proceso.
3° Aprender construyendo, construir aprendiendo
Uno de los puntos de los Propósitos Específicos (PE) proponía la «Optimización en la formación práctica de los estudiantes» como brecha reconocida en la autoevaluación y 2° acreditación CONEAU que recomendaba potenciar en la formación de las carreras de FADU la vinculación con la materialidad y la experimentación con materiales y tecnologías diversas, como modo de fortalecer el proceso de aprendizaje de las implicancias de la transición del proyecto a una realidad concreta.
Considerando las carreras involucradas en la FADU y la multidimensionalidad de la problemática del hábitat hoy en día, como la voluntad de articular de modo más estrecho y colaborativo las dimensiones de enseñanza, investigación y vinculación con el medio socioproductivo, resultaba evidente la necesidad de superar un mero ámbito de prácticas, aspirando a un espacio más complejo y ambicioso que integre estas funciones sustantivas de la Universidad. Tomada esta decisión, se resolvió iniciar un proceso participativo para delinear esta aspiración con el aporte de la comunidad, sentándose las bases de lo que habría de ser el «Centro de Experimentación, Innovación y Desarrollo del Diseño y la Construcción».
El resultado fue la propuesta de un espacio FADU que integre las actuales prácticas e investigaciones que se están realizando en los laboratorios, institutos y centros, como así también las experiencias llevadas a cabo desde diferentes cátedras de las tres carreras. Una usina que fortalezca y amplifique la idea de «aprender construyendo y construir aprendiendo», uno de los ejes de la propuesta de actualización curricular.
Con este horizonte, se relevaron las últimas experiencias que a nivel global se llevan adelante en relación con espacios de estas características y se elaboró un programa cuali y cuantitativo que, a la vez que satisfacer la demanda de aquella usina de experimentación, desarrollo en el campo material y servicio al medio, se constituya en sí mismo en un emblema de innovación y sostenibilidad, paradigmas que atraviesan el escenario contemporáneo.
Talleres-fábrica, materiateca, obradores; área para laboratorios e institutos, exposiciones, bar y expansiones como lugares para la socialización y el encuentro comunitario, integran el universo de ámbitos propuestos en un espacio vital y vitalizador.
Con el terreno comprometido por la Universidad para su localización, entendimos que el mejor camino para la elaboración de la propuesta era convocar a la potencialidad creativa de todos los profesionales del país que, formados en nuestras universidades, seguramente sentirían el interés y compromiso por abordar esta temática.
Efectivamente, 65 trabajos de todos los rincones del país respondieron con una gran calidad propositiva al llamado del concurso nacional organizado conjuntamente con el Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe Distrito 1 y FADEA como ámbito de representación federativa a nivel nacional.
Como resultado de la jura, el anteproyecto elegido para el primer premio resultó el elaborado por los arquitectos Ignacio Caron, Andrés Francesconi, Germán Müller, Ezequiel Spinelli & colaboradores.
Como valores significativos de la propuesta al decir de los autores, el edificio «quiere ser una infraestructura que extienda bajo sus entrañas la idea de comunidad. Nuestra propuesta quiere ser arquitectura relacional donde aprendizaje, experimentación y ocio se tornen algo gratificante y gozoso» (…) «sobre todo, un provocador de acciones, un impulsor de energías», en estas consideraciones encontramos plasmado el espíritu y la voluntad buscada por la comunidad en aquella primera reunión en el aula 8 de FADU, donde se comenzó a dar forma a esta empresa.
Todo este proceso se desarrolló y concluyó en su primera fase, en el complejo contexto de la pandemia COVID-19; un momento en el que nos enfrentamos a un escenario que oscurecía los horizontes, donde el mañana y los proyectos se desvanecían en la incertidumbre. A pesar o más bien, en razón de este particular escenario, es que entendimos vital empeñarnos en llevarlo adelante. Del mismo modo que la comunidad FADU mostró una extraordinaria resiliencia reinventándose frente a esta adversidad, resultaba fundamental poner un hito detrás del horizonte que se nos presentaba, convocar al trabajo colectivo para la concreción de un objetivo más allá de las adversidades porque la vitalidad transformadora encuentra aquí su alimento.
En febrero de 2022 retomamos el compromiso y la responsabilidad de llevar adelante una nueva gestión. Los dos años pasados transformaron radicalmente los presupuestos desde donde partíamos para pensar los procesos de enseñanza, las herramientas y los recursos que empleamos en nuestro trabajo cotidiano. La labor por delante para completar el proceso de actualización curricular que hemos desarrollado estos años, deberá necesariamente incorporar las nuevas experiencias.
El compromiso asumido es completar el proceso dentro de los tiempos de esta gestión, no obstante, la dinámica cambiante de los escenarios más próximos que lejanos, más concretos y determinantes que lo que percibíamos hace apenas dos años, deja una enseñanza y confirma una convicción que en el inicio teníamos: concluir este proceso no lo cierra, abre una nueva dinámica, la necesidad de la revisión, evaluación y actualización permanente de los diseños curriculares para mantener la necesaria correspondencia con las condiciones socioproductivas. La capacidad de anticiparlas y actuar en consecuencia debe ser parte de las habilidades intrínsecas de una comunidad universitaria sensible y fuertemente vinculada con su medio. Tenemos las herramientas, tenemos la voluntad, solo debemos abocarnos a la tarea.